¿Está de acuerdo con limitar la obligación de depositar garantías antes de recibir una subvención?
No estoy de acuerdo, porque impide que organizaciones que no cuenten con un patrimonio fundacional, es decir, normalmente asociaciones independientes de grupos políticos o religiosos y de funcionamiento democrático, cuyos fondos propios suelen venir de las cuotas de socio/a, puedan concurrir en igualdad de condiciones con ese tipo de fundaciones privadas.
Las garantías dificultan el acceso a multitud de personas físicas y jurídicas y son distintas a los mecanismos de supervisión y control. Las subvenciones que se conceden tienen mecanismos de justificación asociados a través de los cuales las entidades subvencionadas están obligadas a detallar y sustentar las actividades ejecutadas con sus gastos asociados. Las propias normas establecen procesos de reintegro en caso de incumplimiento de los fines para los que las subvenciones fueron otorgadas.
No estoy de acuerdo con subvencionar nada. Quien tenga un plan que se anuncie pida apoyo de otras personas con interés similar al suyo para sacar su proyecto adelante. Se abusa de las subvenciones si no hay un control extricto y serio. Se han dado subvenciones a entidades o personas que no deberían haberlas recibido se han convertido en otra forma de hacer dinero. Sería mejor asignar partidas del presupuesto a servicios sociales, hospitales, clinicas controladas por la administración correspondiente no por entidades particulares. Subvenciones solo en casos contrastados y aprobados por un comité imparcial.
Depende de a quién se vaya a dar la subvención. Si se trata de organizaciones sin ánimo de lucro, la exigencia de depósito de garantías previas las excluye de la posibilidad de participar. Hay forma de tener garantías de que se va a recuperar el dinero de la subvención sin necesidad de que se realice un depósito de dinero: revisión de cuentas anuales auditadas.
Desde mi putno de vista, se puede tener el mismo nivel de control simplificando los trámites adminsitrativos a través de internet. Hay que controlar hasta el último céntimo que sale del bolsillo del contribuyente.