Hay un evidente abuso de comercios y empresas que produce grandes molestias a los vecinos al invadir sus casa con destellos de colores lo que les obliga a cerrar las persianas. Es imprescindible limitar el horario, el nivel lumínico y el tamaño de estas pantallas led. La ciudad parece la ley de la selva.

Después de tres años soportando la luz y los destellos que entran por los balcones debido a las emisiones de dos pantallas LED la tolerancia a esta agresión disminuye y la ansiedad y estrés aumenta. Si grave es el daño estético que causan a la ciudad más grave es el daño a la salud, a la intimidad y a la inviolabilidad del domicilio. Soportar durante horas cambios de intensidad y destellos luminosos en el propio domicilio es una tortura.

Y, por cierto, los nuevos "chirimbolos" con pantalla digital de Clear Channel también son más invasivos que los que exhiben publicidad en una lámina de papel impresa. Es una forma más agresiva de exhibir publicidad.

Estoy de acuerdo con la instalación responsable de publicidad de calidad

Creo que se ha desaprovechado una oportunidad de oro en el último concurso para publicidad exterior para instalar contenedores de vidrio que bonifiquen el reciclaje. También se ha desaprovechado la posibilidad de instalar en los mupis de las bocaa de metro una pantalla led informativa (una matriz como en las paradas de autobús), que informe de las circulaciones en esa parada, incidencias del servicio, activación de protocolo anticontaminación...

Que las situadas en las bocas de metro, además de tener un plano, muestren información de próximas llegadas, Incidencias...

Sí, hay que regularlas, tanto la ubicación como el uso. Estoy a favor de este tipo de soportes, favorecen el medio ambiente, los cambios de comunicación sin producción, sin papel, sin vinilo... sin residuos.

Mientras las pantallas digitales no molesten con su luminosidad ni provoquen ruidos, ese puede ser el limite a regular

Estoy de acuerdo con una regulación de pantallas digitales en establecimientos para sí poder instalarlas, de acuerdo a un estudio serio de su real impacto en el entorno. Estamos en una era digital y de imágenes que es importante aceptar (nunca prohibir) e incorporar en nuestra vida de forma inteligente y creativa. Madrid es una ciudad del primer mundo y debe tener una actitud real y moderna ante esta realidad.