Menos trabas burocráticas al emprendimiento cultural.

¿Qué proponemos exactamente?

Proponemos una reforma de la normativa que regula la obtención de licencias y permisos para el desarrollo de actividades culturales privadas en Madrid. Actualmente muchas salas de teatro, música y danza se ven obligadas a cerrar sus puertas, el motivo es el acoso burocrático, los trámites para obtener una licencia de actividades para un recinto cultural son excesivos y acaban desanimando incluso a los más perseverantes. 

La mayoría de estos requisitos no obedecen al sentido común, en Madrid es mucho más fácil obtener una licencia para abrir un comercio de  mercancías, que para crear un espacio cultural en el que los ciudadanos puedan disfrutar de una velada artística o sencillamente darse a la reflexión. Como resultado, la inversión privada se lo piensa dos veces antes de apoyar la cultura, y recintos emblemáticos acaban convertidos en gimnasios o tiendas de ropa. 

No es lógico que estemos viviendo esta situación teniendo una ciudad en la que el público disfruta acudiendo a eventos culturales, y que cuenta con una gran cantidad de emprendedores interesados en el sector.  

¿Por qué debemos aceptar que la oferta cultural de Madrid se limite a la que proponen los espacios públicos? La cultura privada es necesaria y por eso hay que crear un marco justo, que permita su desarrollo.

¿Quiénes se ven afectados por este problema?

Este problema afecta a emprendedores culturales que se ven obligados a cerrar sus espacios de trabajo por no poder obtener una licencia que les permita mantenerse. 

También afecta a empresarios que tienen licencia pero soportan unas políticas de acoso y derribo administrativo permanente, poniendo trabas a su actividad o gravando excesivamente con tasas e impuestos desorbitados.

Afecta a los ciudadanos, muchos de ellos no encuentran una oferta cultural cercana, hay barrios a los que la cultura sencillamente, no llega.

Pero sobretodo, este problema está acabando con nuestros artistas: Actores, músicos, bailarines no sólo de Madrid sino de todo el país que emigran a la capital en buscando su oportunidad y se encuentran con un panorama desolador: una cultura intervenida a la que la mayoría no tiene acceso y una gran cantidad de obstáculos que les impiden ponerse a trabajar en sus propios proyectos. 

El paro de artistas ha aumentado considerablemente y nuestro talento nacional está perdiendo la ilusión, ha decidido emigrar o, sencillamente, han decidido adaptarse y tratar de sobrevivir de cualquier manera.

¿No sería más justo dejar que la industria cultural se desarrolle aprovechando todo su potencial?

Creemos que ha llegado el momento de permitir que nuevos modelos de gestión para la cultura se abran paso en Madrid ya que Madrid tiene todo lo que necesita para ser una capital cultural.

¿Nos apoyas?

Ayúdanos a conseguirlo dandole tu apoyo a esta propuesta. Este es sólo un primer paso, si nos das tu apoyo seguiremos trabajando para hacer de Madrid una auténtica capital del Arte y la Cultura.

Si tienes alguna idea para mejorar esta propuesta o crees que nos hemos dejado fuera algún aspecto importante relacionado con esta reinvidicación, ponte en contacto con nosotros, estamos abiertos a escucharte. 

Y ahora, queremos compartir contigo algunas historias, hemos cambiado los nombres para preservar la identidad de nuestros colaboradores, si tienes una historia similar, compártela con nosotros en los comentarios. 

"Mi nombre es Juan, tengo 62 años y estoy jubilado, había ido al teatro de chico pero ya no asistía la verdad, por falta de tiempo o de dinero, no lo sé, he trabajado como carpintero y nunca tenía tiempo para nada, hasta que abrieron en mi barrio una sala, la Kubik se llamaba, empecé a ir, me hice abonado y se convirtió en una de mis actividades favoritas, un día al volver del hospital donde estuve ingresado por un problema en la pierna me enteré de que la cerraban, ya no sé si volveré al teatro, puede que sí, pero me da mucha pena que el barrio se quede sin esta sala, personalmente la había empezado a querer."

"Me llamo Mari Carmen y soy una aficionada al teatro, voy por lo menos dos veces al mes, pero tengo una hija adolescente a la que no he conseguido transmitirle mi afición. Me dice que el teatro es aburrido y que no tiene nada que ver con ella. Un día se me ocurrió llevarla a una de esas salas alternativas donde unos jóvenes hacían una obra sobre un tema que ella conoce bien, el paro juvenil, se enganchó mucho y empezó a ir a espacios parecidos, yo a veces voy con ella. Cuando me llegan noticias de que se cierran una sala alternativa pienso en mi hija y no me gusta, los jóvenes necesitan estos espacios."

"Hola. Me llamo Lucía y hace dos años que abrí una sala para exposiciones y presentación de libros y recitales. Actualmente estoy trabajando sin licencia, cuando la abrí tenía la confianza de que la iba a conseguirla, me dijeron que al ser para vender libros no iba a tener problemas, pero ahora veo el sueño por el que llevo trabajando dos años sin descanso a punto de derrumbarse. Me pidieron que reformara la fachada porque alguien la había alterado y tenía protección media, lo hice, la insonoricé a un nivel altísimo pese a que casi no generamos ruido y los vecinos jamás se han quejado, hemos hecho todo lo que nos pedían pero ahora resulta que hay nuevos problemas. Una funcionaria me ha confesado que no están dando licencias para espacios culturales en mi zona, que por qué no me voy a las afueras que es más fácil. ¿Y me lo dicen ahora que he invertido todos mis ahorros en este proyecto? Ahora que además he conseguido que la gente me conozca y empiece a venir a las actividades."