Creación de vivienda de alquiler social en Hortaleza

Creación de VIVIENDA DE ALQUILER SOCIAL en Hortaleza

Que el ayuntamiento cree o construya viviendas de alquiler social en el distrito de Hortaleza.

Con inversión total de 15 millones de euros. Según la información de la EMVS, se podrían construir 170 viviendas. Un derecho Constitución Española. Artículo 47: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo al interés general para impedir la especulación”

¿Por qué? Por las ventas de parcelas y viviendas públicas en nuestro distrito llevadas a cabo por los anteriores gobiernos municipales y la nula creación de vivienda.

Con estas ventas, por un lado, se dilapidó se dilapidó la insuficiente vivienda social existente y el escaso suelo municipal que quedaba Hortaleza para vivienda pública, y por otro, se consiguió encarecer el precio de alquiler en nuestro distrito, que ha obligado a familias a tener que migrar a otros distritos o ciudades, por no poder hacer frente a la subida del precio del alquiler en el distrito. La carencia de vivienda social es un problema enquistado en Hortaleza, afectando durante décadas a decenas de familias de la UVA y el Poblado de Absorción de Canillas. La cifra de los potenciales beneficiarios de la vivienda social en nuestro distrito contrasta con el reducido patrimonio de la EMVS en Hortaleza: actualmente dispone de un centenar de viviendas, número insuficiente. Según el estudio Invisibles Hortaleza, realizado en 2015, existen 2.475 familias hortalinas que viven con menos de 600 euros al mes. Situación En Hortaleza, se han construido miles de viviendas en las dos últimas décadas, Sanchinarro, Valdebebas…, y a pesar de este hecho el Ayuntamiento solo dispone de un centenar de viviendas sociales.

El mercado de la vivienda ha sufrido en las últimas décadas una serie de circunstancias cuyas repercusiones económicas y sociales han tenido y tienen una magnitud inusitada. El incremento anormal de los precios de la vivienda, favorecido principalmente por la demanda de inversión, en muchas casos especulativa, que se vivió en este país fundamentalmente desde finales de la década de los noventa del siglo pasado, generó la llamada “burbuja inmobiliaria” cuyo estallido coincidió con el comienzo de la crisis financiera internacional de 2007. A partir de entonces, el aumento del paro, la quiebra financiera y el endeudamiento insostenible de muchas familias hipotecadas, fueron paulatinamente derivando en una dinámica social de empobrecimiento de las clases sociales media y baja, que padecieron un menoscabo significativo en términos de renta y patrimonio. Como consecuencia del grave deterioro de los mercados de trabajo y de vivienda, las situaciones de vulnerabilidad social han ido progresivamente en aumento. Los colectivos sociales que tradicionalmente han tenido dificultades para conseguir o mantener un alojamiento digno y estable, han visto cómo disminuían aún más sus oportunidades. A estos colectivos, se ha añadido otra parte importante de la ciudadanía cuyas opciones también se han visto gravemente dificultadas o que, después de realizar un gran esfuerzo por mantener la vivienda, la han perdido sufriendo la trágica experiencia del desahucio por ejecución hipotecaria. Esta situación coincide con un modelo de tenencia de la vivienda basado en la compra y no en el alquiler, que permitiría un mayor dinamismo y adaptabilidad a las cambiantes necesidades sociales.

Por último, los mecanismos del Estado del Bienestar que debieran compensar los desequilibrios en la redistribución de la riqueza y del grado de oportunidades, han estado condicionados por la reducción del gasto social, lo que ha hecho que no hayan podido  cumplir su función suficientemente. Ni las prestaciones de desempleo, ni las pensiones, ni las prestaciones propias del sistema de Servicios Sociales han podido contener mínimamente esta vorágine. Tampoco en este tiempo se ha incrementado la oferta de vivienda protegida, tan claramente deficitaria en la ciudad de Madrid.

Algunos ejemplos Barajas: 250 viviendas (a pesar de tener un tercio de la población de Hortaleza) Villa de Vallecas: 998 viviendas Hortaleza: sólo 112 viviendas Un futuro oscuro, la especulación inmobiliaria Parque de Santa María Los inquilinos de este barrio, ven peligrar sus viviendas, tras la compra, en 2015, de las viviendas, construidas en los años sesenta por la familia catalana Miarnau, por parte de Picton Investments y Ponca Investments. Este, tras la adquisición, dio un par de meses para adquirir las viviendas a los inquilinos que disfrutaban del derecho de compra preferente. Los vecinos fueron informados de la compra por parte de este fondo con una carta que les aseguraba que el contrato de alquiler y sus condiciones iban a mantenerse igual pero cada vez son más los inquilinos a los que, llegado el momento de la renovación, o no se les da opción a esta, o bien se les sube el precio del alquiler 200 euros, subida inafrontable para muchas familias. Colonia Banesto Los inquilinos, que aún viven en estas casas construidas en los años 60, en su mayoría octogenarios, están en una situación desesperada, la compra de Metrovacesa, de los terrenos que en su día fueron de Banesto, hace peligrar sus viviendas. Desahucios Se siguen produciendo desahucios de familias que son “expulsadas” de sus casas y como consecuencia tienen que abandonar su entorno, su barrio, por no disponer de viviendas sociales en alquiler en Hortaleza.

Por todo lo expuesto anteriormente creemos en la necesidad de que el ayuntamiento cree

o construya viviendas de alquiler social en el distrito de Hortaleza.