Talleres de educación emocional y afectiva

Justificación:

La propuesta plantea la necesidad de analizar la problemática  social dentro de los centros educativos y en su entorno y contexto social, planteando a continuación estrategias y orientaciones para solucionarla. Por ello aunque los talleres estén enfocados directamente a la actuación con el alumnado, sería importante la participación de profesorado y familias.

Las actividades a desarrollar en el aula, irían destinadas a potenciar la cooperación, promover la educación emocional y afectiva, de sentimientos y valores, utilizar la dramatización para la observación y actuación en caso de conflictos y otras estrategias que sirvan para desterrar la violencia de los centros y mejore la convivencia.

Descripción concreta:

Se plantean 10-12 sesiones distribuidas a lo largo del curso escolar, la mayoría con el alumnado pero con la opción de algunas para el resto de la comunidad educativa, en los CEIP del Distrito (5º y 6º Curso de Educación Primaria y ampliable a los primeros cursos de la ESO) trabajando la competencia social, es decir, cómo relacionarnos bien con los demás, tanto en el marco de la escuela como con las familias interesadas en formarse mejor en la hermosa tarea de educar a un ser humano para que sea persona y sepa relacionarse, formando un trabajo en equipo entre la escuela y la familia.

Las sesiones se realizarán teniendo en cuenta la disponibilidad del centro y los grupos concretos para que todo el alumnado pueda participar, se podrán realizar en horario lectivo como otros programas actualmente en marcha.

Se propone desarrollar el programa sobre cuatro elementos fundamentales que se pueden enseñar, aprender activamente y entrenar:

• Aprender a pensar antes de actuar. Para diagnosticar acertadamente nuestros problemas, para buscar soluciones alternativas y no empeñarnos en la primera que se nos ocurre, para tomar decisiones asumiendo las consecuencias, para saber ponernos en el lugar del otro, para marcarnos metas en la vida y luchar por conseguirlas.

• Estimulación del razonamiento moral y educación en valores. Es aprender a distinguir entre lo que está bien y lo que está mal y darle “valor” a lo que es verdaderamente valioso, respetando siempre la manera de ser y de sentir de los demás y para interiorizar normas y reglas que nos ayuden a convivir.

• Educación emocional y afectiva. Para desarrollar una sana autoestima y para conocer y vivir el mundo afectivo y emocional, utilizando sabiamente esas emociones, en vez de dejarse arrastrar por ellas.

• Enseñar habilidades sociales. Para relacionarnos de forma asertiva, es decir, teniendo claro lo que es justo y eficaz, para mí y para las otras personas. Así se evita caer en los extremos de la inhibición (no defiendo mis derechos, ante el abuso del otro), ni en la agresividad (exploto y pisoteo los derechos de los demás, con tal de hacer valer los míos).

El programa debería contar con la implicación y participación del profesorado para poder dar una mayor continuidad, durante todo el curso, a las actividades que se pongan en marcha. Por ello, sería necesario una reunión previa con los equipos pedagógicos y coordinadores para explicar en qué va a consistir el programa y atender a sugerencias y propuestas.