Dedicarle una calle al profesor Toru Arakawa

Durante los últimos veranos de su vida el profesor Arakawa nos ofreció a todos los ciudadanos españoles un ejemplo de fraternidad internacional, dedicándonos su tiempo, esfuerzo y salud ayudando voluntariamente en la exhumación de las fosas comunes que aun tenemos en nuestro territorio como terrible recordatorio de la Guerra Civil y de la dictadura franquista posterior. 

Desinteresadamente, con muy poco contacto previo con nuestra cultura y a los 68 años, decidió venir en 2006 para participar en las primeras exhumaciones de las que tuvo noticia, viajando por diversos puntos de nuestra geografía, tratando de reparar unas heridas que, pese a no ser suyas, sentía como propias en un gran ejemplo de solidaridad. Falleció el otoño de 2009.

Ahora que el Ayuntamiento de la capital está decidido a cumplir con las medidas expuestas en la Ley de Memoria Histórica, eliminando en la medida de lo posible de las calles de Madrid aquellos nombres impuestos por o para la dictadura, qué mejor ejemplo que el de este japonés para toda nuestra sociedad, alguien que entendía que el dolor de la guerra es universal y que la reparación de estas heridas no debería ser ajena a nadie.

http://elpais.com/diario/2010/01/08/galicia/1262949501_850215.html