Las empresas no quieren gente de más de 50 años (o de 40 en muchos casos) y prefieren gente joven. Por otro lado, la mayor parte de los puestos de funcionarios se ocupan con gente joven.
Propongo que se reserven plazas o se primen las personas mayores con experiencia laboral para ocupar los puestos de funcionarios una vez dejan sus empresas (por supuesto, en los puestos que sea necesaria una condición física determinada, debe primar ésta).
Un empleado público con experiencia es productivo desde el primer momento y si tiene una determinada edad, no desperdiciará energías en desarrollar su carrera profesional (una de las grandes preocupaciones de los funcionarios jóvenes).
Para mí sería ideal que la empresa privada emplee gente joven por su empuje y energía y su flexibilidad y adaptabilidad y que el sector público se nutra de gente experta y sin ambiciones profesionales a largo plazo.
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