Como en ciudades niponas (Tokio, Kyoto, Osaka) donde las mascotas sólo tienen acceso a zonas públicas donde otros dueños de mascotas disfrutan con ellas y dada la insalubridad creciente en Madrid...
En determinadas ciudades del mundo, la permisividad con las mascotas es inferior a la de nuestra capital.
En Japón, si quieres tener perro, has de comprarte una vivienda junto a los que lo tienen. Resultado: las calles de la ciudad no tienen ni excrementos, ni gastos por mantener limpio el uso público (bolsas de excrementos con cargo al contribuyente) ni tener que convivir con animales sin desearlo.
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