Pintar el carril de un color llamativo (por ejemplo, de rojo) para diferenciarlo del resto de la acera, y suavizar los desniveles que tiene cada vez que hay un paso de cebra.
Empleo todos los días el carril bici de la calle Serrano, y me he dado cuenta de que adolece de dos grandes defectos:
El carril está muy mal diferenciado del resto de la acera, por lo que son muchos los peatones que caminan por ahí, y las bicicletas tenemos que ir tocando el timbre y tratando de esquivarlos.
Como habréis visto, el carril discurre paralelamente a la calzada. A lo largo de la calle, cada vez que hay un paso de peatones, o la salida de algún garaje, el carril tiene un desnivel para adaptar la acera al nivel de la calzada. El problema de esto es que es un desnivel muy brusco, y el ciclista se encuentra con que todo el carril está plagado de baches a cada pocos metros y resulta muy incómodo.
Por ello, propongo las siguientes soluciones:
Pintar el carril de un color llamativo (rojo, por ejemplo) para distinguirlo bien del tramo de acera para peatones.
Suavizar todos los desniveles del carril para hacerlo más cómodo para todos los ciclistas que lo transitamos todos los días.
