Conservar "Valentonia": La Casa de Vicente Aleixandre de Madrid

En este complejo, artistas y literatos de la mano de Miguel Hernández pasaron sus días en ella. Lorca, por ejemplo, en tiempos que decidía hospedarse unas jornadas con su gran amigo y genio Nobel del 77, Aleixandre, era común verle y oírle tocando el piano.

La propuesta está orientada y centrada a la preservación y la protección del patrimonio artístico y cultural que poco nos queda de él. Quizá nosotros no lo sepamos apreciar en tan buena medida, pero, ¿y las generaciones futuras?, ellos no pueden elegir por nosotros, sino que somos nosotros los que debemos unir nuestros corazones hacia una misma propuesta en común, y en defensa de los que aún no pueden elegir.

Yo, por mi parte, me he preguntado muchas veces, qué fue del mítico "Café Pombo" donde Ramón Gómez de la Serna solía recitar sus famosas "Greguerías". Y no sólo eso, ¿qué fue, por ejemplo de las célebres "tertulias literarias"?

Si no, imagínense, señores, que los habitantes de su época hubiesen decidido haber derruido la "Casa de Sorolla". Ahora nos parece impensable, ¿a que sí? Pues seguro que quizá habrían podido llegar a planteárseles esta misma situación, y, sin embargo, hoy en día somos capaces de disfrutarla y deleitarnos con ella, pues, es una obra más del autor. Sí, la propia casa, lo mismo que ocurre con "Velintonia". ¡Cómo se puede llegar a conocer una obra, sin conocer siquiera el referente?

Mi propuesta no sólo radica en convertirlo en un yacimiento histórico, "Patrimonio de la Humanidad", sino, que, además, ser el legado de un "Santuario de la Poesía Contemporánea Hispanoamericana". En ella, podría enseñarse a escribir poesía, a darse a conocer futuras generaciones literarias de poetas. No en la línea desbocada actual, sino conservando el arte que este subgénero lírico suscita por sí mismo. ¿Qué es el verso?; los tipos de rimas: "consonante, asonante y "mesmosonante"; recursos y figuras literarias; tópicos literarios: "locus amœnus" (Valentonia), "tempus fugit"; métrica y propuestas para nuevas estructuras; enseñanza del origen de las palabras y su evolución, su dimensión y límite entre éstas, del soneto; cómo escribir un romance; realizar lecturas de grandes autores del 27; pero también escribires propios de Quevedo, Cervantes, y Lope de Vega (a parte, por supuesto está, del gran Góngora), de Bécquer, de Garcilaso de la Vega, de Machado, Blas de Otero, Miguel de Unamuno...; Lorca, Salinas, Guillén, Cernuda, Alberti,..., y del propio Aleixandre, por supuesto. Cultivo de La Poesía Pura, La Poesía Surrealista y La Poesía Antropológica como punto de partida (las que ya cultivó una vez el gran maestro al que hoy se recuerda).

Esta alternativa propone no solo un lugar de peregrinaje, visita como museo, sino, más bien, como un vestigio vivo más, que amplifique lo que es el Arte del Buen Escribir. Una sede más que abogue y respalde la facultad literaria innata en las personas. Que la lengua y el buen escribir no sea visto como algo meramente antiguo e incluso pedante, sino todo lo contrario, donde se enseñe a amar lo que se dice. Porque si hay algo que más deseamos, es, encontrar las palabras que expresen exactamente lo que más pretendemos.

Por último, si derruímos el último enclave testimónico del 27, aunque siempre nos quedará la mítica foto de "Los Galayos", podríamos decir, que, la poesía más auténtica se habrá extinguido para siempre.

Por ello, ¿vamos a permitirlo? ¿Quién está conmigo y el grupo académico responsable de la maravillosa revista de divulgación artística, científica y literaria: "ICONO14"?

Salvemos nuestro lado más humano, por favor.

Fdo: Sergio Gómez Ortiga.