La alta velocidad que adquieren los coches, el ínfimo respeto por éstos a los pasos de peatones existentes y la cercanía de un colegio, hace justificable la instalación de un semáforo.
Se trata del tramo comprendido entre los números 4 y 32 de la calle Sirio. Una larga recta de unos 400 metros en la que, en ausencia de semáforos, los coches llegan a alcanzar una velocidad media de 70/80 kilómetros por hora. Teniendo en cuenta dicha estimación, las posibilidades de frenar el coche en un paso de peatones, se reducen prácticamente a cero. Es cierto que la cercanía de dos hospitales importantes, podría atenuar, en el mejor de los casos, el resultado de las no deseadas desgracias pero,...¿y si se pone el freno en la activación de la serie de causas que las desencadenan?
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