Instalación urgente de bolardos de seguridad en las nuevas aceras de la Gran Vía

Nadie desea que se repitan sucesos como los atentados de Niza y Barcelona, donde unos vehiculos invadieron las aceras repletas de público en una carrera que terminó con la vida de demasiadas personas. Ya sea de esta manera o de forma accidental, la nueva remodelación de la Gran Vía permite el que esto pueda suceder, favorecido por la mayor anchura de las aceras y la falta de obstáculos, lo que supone un peligro latente de alto riesgo. 

Por poner un ejemplo: un vehículo podría circular por la acera de la Gran Vía desde la calle Fuencarral hasta la plaza del Callao sin encontrar ningún impedimento, salvo personas. Y en estos días navideños (como he podido comprobar), con las aceras llenas de visitantes y compradores, el riesgo potencial aumenta de manera alarmante. Hacen falta obstáculos entre calles que eviten la entrada de vehículos. Es preferible perder comodidad en lo diáfano de estas aceras que arriesgar la seguridad de cientos de personas. Desgraciadamente no vivimos en un mundo ideal, y el riesgo existe bajo distintos formatos.

Por ello, sugiero que se tenga en cuenta la urgente instalación de bolardos / maceteros o similar en cada calle de salida a Gran Vía, en las aceras junto a los semáforos peatonales, de manera que los vehículos puedan transitar desde o hacía Gran Vía, pero no puedan entrar en las aceras. Para ser efectiva, la instalación debería abarcar desde la Plaza de España hasta la confluencia con la calle Alcalá, en ambos sentidos.