A él/ella se debe todo el mérito de dicha propuesta y no a mi persona.
Casto Herrezuelo, alguien querido por todos. Mas de 60 años detrás de la barra del mítico Bar Palentino, que ayer, 15/03/2018 echó el cierre para siempre.
Un homenaje de todos los vecinos de la Calle Pez, de Malasaña, de Madrid y por spuesto, de toda España.
Una estatua con su diminuta figura sería algo precioso y muy merecido. Todos hemos ido alguna vez al Palentino, aquel lugar mágico donde siempre estaba Casto dispuesto a hacerte pasar un rato agradable. Un eterno currante que se ha ganado la admiración, el respeto y el cariño de todo Madrid y prueba de ellos, son los innumerables homenajes, menciones y reportajes que se han hecho en las últimas semanas cuando desgraciadamente falleció.
Que manera más bonita de recordarlo que con una estatua en la plaza donde pasó la mayor parte de su vida. Ahora que el Palentino ha cerrado sería un homenaje precioso poder recordarle siempre que pasemos por alli.
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