Se trata de que se impongan audotorias a las asociaciones que aprovechan los cauces municipares para beneficiarse (psicólogos, abogados, administradores de fincas, Apis, etc..
Actuamente los ayuntamientos recaudan importes muy significativos para financiar y subvecionar asociaciones que se replican y que no tienen adecuados controles; muchos integrantes son "caza subbenciones" y hacen o programan actos pro domo sua. Incluso algunos las utilizan para captar clientela para sus actividades privadas (psicólogos, abogados, etc.). Existe la experiencia de que algunos dan conferencias a ancianos y les captan como clientes para su despacho, ofreciendo sus servicios. Este tipo de conducta reqiere una auditoría, no solo económica sino también moral o social de la finalidad de la asociación. Hay quienes ofrecen un gancho para captar clientes y luego lo exploran.
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