1x2: Compra solidaria en los mercados para ayudar a gente sin recursos

Los pequeños comercios y mercados de Madrid se están quedando sin clientes, pero tienen género y posibilidades de recibirlo. Al mismo tiempo, mucha gente se está quedando sin ingresos por los ERTES, los autónomos de todos los sectores lo están pasando mal y no podemos olvidar a todas las personas que ya estaban en situación de pobreza antes. Quienes conservamos nuestro trabajo queremos ayudarlos de alguna manera. Esto no supondría apenas esfuerzo ni pérdida de tiempo, y además no estamos gastando nada en otras cosas como ocio, etc. Por ajustado que tengamos el presupuesto de antes, ahora que no salimos podemos dedicar lo que no utilizamos en ayudar a los demás, y sería a dos sectores a la vez: pequeños comercios y ciudadanos en situación de fragilidad.

Esta idea se me ha ocurrido como mezcla de la "operación kilo" y una costumbre que viene de Italia y que también hacía el Café Comercial en tiempos, el "café pendiente" ("café sospeso" en italiano). Era así:

Cuando ibas a tomarte un café, podías pagar el tuyo y dejar pagado otro (o más). Los "pendientes" los apuntaban en una pizarra. Si alguien estaba en la calle y no tenía dinero, podía entrar y, si había algún "café pendiente", podía tomárselo y calentarse. Para el del bar, era indiferente quién lo había pagado, y a quien no tenía para pagar le ayudaba. 

De esta manera, se podría: 1. apoyar a los comercios particulares y mercados a que no sufrieran tanto la pérdida de clientes; 2. ayudar a la gente en situación de pobreza y que ha perdido el empleo.

También se podría hacer en los supermercados, aunque ahora no necesitan ese apoyo económico.

Un ejemplo: La próxima vez que vaya a comprar, voy al mercado y no al súper. Al hacer mi compra en la frutería y la carnicería, pago lo que haya comprado para mí y dejo una cantidad pagada en productos del establecimiento, como un "bono" del que se puede beneficiar otro, y el tendero habrá abastecido a dos personas además de ingresar "normal".

Sería importante encontrar una manera de evitar la cara dura y la picaresca, o quizá organizarlo con cierto control desde una institución (con inscripción, etc.) o que la compra la recogiera una ONG para administrarla (tipo comedores sociales, bancos de alimentos, etc.), pero la idea sería esta.

Ya puestos, alguien podría encargarse de hacer unos carteles o unos logos, unas fichas para que se supiera (como lo que se hace en la operación kilo, o en las compras solidarias de Navidad, etc.), pero esto ya es otra iniciativa.

Habría que mantenerlo más allá de la cuarentena, o casi es cuando mejor se podría hacer. Desde luego, merecería la pena probar.