Eliminar monedas de 1 y 2 céntimos y redondear precios

Código de la propuesta: MAD-2023-02-34373
En algunos países (Canadá, Finlandia,Bélgica...) se decidió hace años que las monedas de 1 y 2 céntimos dejasen de existir y los precios se redondeasen a cantidades exactas o " ,5".
Los precios a " ,98" y " ,99" sólo sirven para publicidad: para que muchos clientes recuerden sólo el número entero inferior sin darse cuenta de que +0.99 es un euro más.
Pero en la práctica al pagar en efectivo a nadie le gustan esas monedas tan pequeñas. Las vamos recibiendo como "cambio" de pagos de productos con precios no redondos, y las vamos acumulando sin saber muy bien cómo deshacernos de ellas (o dándonos vergüenza usarlas para pagar).
Está más que estudiado que para optimizar cualquier cosa a gran escala, basta un cambio mínimo. (Como el típico ejemplo de si quito una aceituna de cada menú de todos los vuelos de una aerolínea).
Quitar las monedas pequeñas a parte de no tener que fabricarlas ("la moneda de un céntimo es la única cuyo precio de fabricación es superior a su valor real, ya que realizarla cuesta 1,5 céntimos"), ahorraría horas de "buscar su cambio de 2 céntimos" a millones de personas comprando millones de cosas en millones de ocasiones por tiendas de todo el país.
La forma sería, igual que en los países en que ya existe esa práctica, que no se pudieran poner precios del estilo de 4,99€ en tienda; sino que eso siempre se redondease a "precio=5€".
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Sé que esto sería algo que sólo se pude hacer a nivel de país (no de ciudad ni comunidad); pero por sondear a ver qué opniais...
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Añado 'copypaste' de https://www.elconfidencial.com/economia/2020-11-09/monedas-de-1-y-2-centimos-bra_2811747/
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La estadística dice que por cada ciudadano de la Unión Europea (UE) hay unas 140 monedas de 1 y 2 céntimos de euro. ¿Recuerdas la última vez que usaste alguna? No las puedes utilizar para comprar en la máquina de café ni para pagar el parquímetro y lo más probable es que si te encuentras alguna en la calle no te agaches para recogerla. Seamos sinceros, a casi todo el mundo le incordia la “chatarra”. Ocupan mucho y suman poco. Y según el sondeo del Eurobarómetro de 2019, el 65% de los europeos quiere que desaparezcan.
Este debate no es nuevo —en 2013 y 2018 ya se publicaron dos informes al respecto— pero, tras el parón que ha provocado el covid-19, la UE podría pisar el acelerador en su intención de aligerar de calderilla nuestros bolsillos. Una revisión que responde a la obligación que tiene la Comisión Europea de examinar periódicamente el uso de diferentes tipos de monedas de euro en función de criterios de coste y aceptabilidad pública. Pero, ¿cuáles son los motivos reales?
Impacto económico, ambiental y social
Los informes previos sobre la materia han detectado un "uso unidireccional de las monedas de 1 y 2 céntimos, una baja tasa de retorno a los bancos centrales nacionales y un aumento constante en su emisión". Factores que respaldan la hipótesis de que no circulan de manera eficiente entre los operadores económicos, sino que, en la mayor parte de los casos, se acumulan o se pierden. Sin embargo, como indica el Blog de Bankia, hay otros tres motivos de peso que pueden decantar la balanza:
1. Coste de producción: Puede parecer incongruente, pero el coste de fabricación y distribución de las monedas de 1 o 2 céntimos es bastante mayor que el de su propio valor facial. Según los cálculos de la Comisión Europea, su producción desde 2002 ha generado unas pérdidas acumuladas a los Estados miembros de alrededor de 1,4 billones de euros.
2. Redondeo: Actualmente Bélgica, Finlandia, Irlanda, Italia y Holanda ya han comenzado a suspender el uso de las monedas de 1 y 2 céntimos, y para los pagos en efectivo operan con reglas de redondeo a 5 céntimos, al alza o a la baja, dependiendo de lo cerca que esté el precio del cinco y del cero. Por poner un ejemplo, si el total fuese de 10,01, pagaríamos 10 y si fuese de 10,07, abonaríamos 10,05. Después del coste de producción, este es uno de los principales motivos que baraja el Ejecutivo comunitario, que quiere evitar que cada socio del euro siga unos criterios propios y distintos del resto a la hora de redondear.
3. Medioambiente: Producir y poner en circulación estas monedas también tiene un elevado coste ambiental. Para su fabricación se emplea principalmente acero, cobre, agua y productos químicos, además de otros materiales como el plástico o el papel para el embalaje. Un botón de muestra: Desde 2002 se han puesto en circulación alrededor de 46.000 millones de unidades que suman más de 7.000 toneladas de cobre con el que se podría equipar 260.000 viviendas con tuberías para agua potable o 230.000 hogares con instalaciones eléctricas, según un estudio elaborado por el Centro Español de Información del Cobre (Cedic)
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Creado el 02/02/2023 00:03
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