Exigir a las inmobiliarias que certifiquen las superficies de sus inmuebles

No puede ser que los inmuebles de segunda mano, con los precios de los que estamos hablando, sean un producto que se venda sin la más mínima garantía de lo que se está vendiendo. No puede ser que habiendo unos profesionales llamados agentes inmobiliarios, que anuncian a la venta inmuebles por los que obtienen unos muy notables ingresos por transacción, no tengan la obligación de certificar la veracidad de las superficies y la realidad geométrica del producto que anuncian. Es normal que las inmobiliarias proliferen como setas si sus responsabilidades son mínimas y sus beneficios cuantiosos. Lo que no es normal es que sus anuncios contengan en muchos casos información falsa o engañosa. El catastro u otros documentos podrán decir una cosa, pero la realidad que se está comprando muchas veces no es esa. Me he topado varias veces con inmuebles cuyas superficies reales distan mucho de lo que se anunciaba. Cierto es que se compra lo que se ve, pero influye mucho en el valor del inmueble la superficie que se está vendiendo y esta cifra se debería exigir que fuese certificada por un profesional. ¿Quien? Pues se debería responsabilizar a quien anuncia y propicia su venta. Si posterior a la compra, se comprueba que lo que se ha vendido no tiene la superficie y la forma que se ha certificado, tengan que responsabilizarse. En multitud de profesiones nos responsabilizamos de nuestro trabajo. No estaría de menos que sucediese lo mismo en la operación económica quizá más importante de la mayoría de personas.