Minivelódromo canino

Soy vecina del barrio desde que tengo 4 años, ahora tengo 23. He criado tres perros, Lopez y Daisy están mayores ya, Lunes en plena adolescencia. 

Habiendo sido yo peque en el barrio, recuerdo los días de gloria del parquecito de arriba, cuando todavía estaba el cacharro que daba vueltas y cuando la tierra no estaba permanentemente mojada. Ahora ya no es tan divertido, el tobogán se cae a pedazos, quitaron el cacharro giratorio, y la arena está amontonada en zonas del parque donde la ido dejando la lluvia año tras año. Entiendo que los peques del barrio ahora ya no entren nunca y prefieran el parquecito de abajo, que tiene juegos nuevos, le da mas sol, es mas grande y la arena está seca.

Ahora me gusta el parque de arriba porque, cuando nadie mira, dejo que mi cachorra Lunes juegue en él. Por la arena y la forma redonda y alguna razón que desconozco el parquecito le vuelve loca. Corre y corre y corre, haciendo quiebros, revolcándose por la arena, persiguiendo o siendo perseguida por cualquier perrete que se le sume. Lunes tiene mucha energía porque es cachorrona todavía y correr en el parquecito es lo unico que la cansa. Hasta que llega un padre/madre/abuela/vecino a aguar la fiesta, a recordar que no pueden entrar perros porque es para niños, aunque los niños ya no entren y los perros sean los únicos que se diviertan ahí. Y entonces, cada dueño busca a su perro, le ata y se va a su casa.

No nos miramos cuando lo hacemos, porque sabemos que, técnicamente, tienen razon. En la puerta hay un cartel que pone perros no… y las normas están para seguirlas. Pero… y si pusiera perros si? y si dejarámos de tener que mirar para otro lado mientras corren y se lo pasan bien?

Teniendo un parque infantil mucho mejor y mas utilizado a 30m, y estando el pipican mas cercano a 10min en el parque de Jazmín, llevo un tiempo pensando que me encantaría estar tan contenta viendo a Lunes jugar y correr. Tampoco implicaría mucha gestión ni dinero… No haría no falta quitar los juegos de en medio del parque, porque así el niño que quiera seguir jugando puede seguir haciendolo, los perros los pueden seguir usando como carrera de obstaculos y todo seguiría igual. Solo haría falta cambiar el cartel de perros no por uno de perros si, de perros bienvenidos. Me gusta el diseño gráfico asi que podria hacerlo hasta yo! Se podría poner una verjita en la puerta para que si tu perro es escapista puedas decidir cerrarla, y si no dejarla abierta para que entren y salgan a sus anchas.

Todo seguiría igual, pero los dueños del parque podríamos ver a nuestros perros jugar y correr sin temer el inminente e inevitable “NO PUEDEN ESTAR AHI”. Lunes podría correr con sus amigos y yo podría estar con los míos sentada en el banco tranquilamente.