Que la luz ámbar de los semáforos ceda el paso a ciclistas en carretera

Marcar las luces ámbar de los semáforos con la silueta de una bici es una forma barata de que los ciclistas adelanten a los coches en cada cruce, multiplicando su visibilidad y su seguridad

Cuanto más coches tenga un ciclista detrás, y menos delante, mejor. Es francamente difícil que los conductores le vean venir antes de tenerlo ya al lado y en esta situación de poco valen las luces y la vestimenta que lleve para ser visto. La posibilidad de que sufrir un accidente se multiplica en esa situación. Huelga decir que esa situación es la más común, por la obviedad de que un motor en carretera siempre sera más rápido que un humano.

Sin embargo, a los ciclistas se les podría regalar la delantera en ciertos cruces para que, al menos, tengan ventaja de vez en cuando. Basta con marcar la luz ámbar de los semáforos con la silueta de una bicicleta. La luz ámbar ya está marcada para peatones en calles complicadas, como Serrano, y la silueta de la bicicleta ya se puede ver en Cibeles (se usa de forma excepcional porque en esta plaza desemboca un carril bici que no tiene nada que ver con el del resto de la ciudad).

Los ciclistas llevarían la delantera. Da igual que sea solo durante unos segundos y que luego todos los conductores le adelanten: al menos todos le verían, que es de lo que se trata. Como el carril bici a veces obliga a que  

Es barato, intuitivo y mima al ciclista. También transmite el no siempre recordado mensaje de que las carreteras madrileñas prioridad la tiene el más débil.

Los conductores de vehículos motorizados no tendrilan que cambiar prácticamente su rutina. Se cruza un semáforo cuando está en verde y no se cruza cuando está en rojo. Sólo habría que aprovechar una infraestructura que ya está montada, eliminar de paso una señal ambigua (para algunos conductores, el ámbar significa detenerse, para la mayoría significa acelerar). Muchos, muchísimos, veríamos cómo nuestra vida mejora.