Las cooperativas de Carmena no eran una mala idea
Código de la propuesta: MAD-2015-12-6607
Los actuales sistemas de subcontratación tienden a prestar servicios de baja calidad y ofrecen un caldo de cultivo ideal para la precariedad laboral y la corrupción. Son necesarias alternativas.
En mi opinión, uno de los males que pademos en este país es la omnipresencia de intermediarios que encarecen, de manera a menudo injustificada, los costes.
Desde mi punto de vista, este lastre queda de manifiesto de manera recurrente en la subcontratación de servicios por parte de la Administración, que es, en no pocas ocasiones, origen de los siguientes problemas:
1) Precaridad laboral:
Trabajadores sometidos a gran presión, con jornadas extenuantes, despojados de los derechos de cualquier trabajador y con muy bajos salarios. Aunque permitir esas situaciones no es ético ni productivo, da la sensación de que, en no pocas ocasiones, estos atropellos se producen con el conocimiento -y no puedo descartar que, a veces, también con la complicidad- de la Administración.
2) Los beneficios económicos de esas actividades, financiadas con dinero público, no suelen generar riqueza ni bienestar en el municipio en el que se lleva a cabo:
El grueso de las ganancias no queda en manos de los trabajadores, sino de directivos y accionistas que no sólo no realizan un trabajo tangible y productivo, sino que ni siquiera tienen por qué residir en la ciudad para la cual se está trabajando.
De esta manera, el dinero público se transfiere a personas que no aportan horas de trabajo en la consecución de los proyectos y que gastan y pagan sus impuestos lejos de allí.
Existen muchas actividades donde la empresa intermediaria parece hacer poco más que seleccionar curriculums y pagar la exigua nómina. ¿Qué valor añadido aporta seleccionar a una u otra empresa en la mayoría de las obras y servicios que se subcontratan -un buen ejemplo sería el de la limpieza que sacó a colación Carmena- ? Siendo así, ¿por qué no tender a prescindir de esos "intermediarios"?
3) La subcontratación tiende a ser ineficiente e ineficaz:
La calidad del servicio suele quedar supeditada a otras consideraciones, entre las cuales destaca el margen de beneficio, que suele incrementarse a costa de los salarios y seguridad de los trabajadores, y de la merma de los medios y/o materias primas puestos a su disposición (han sido de dominio público diversas irregularidades relacionadas con la limpieza de las calles, los comedores escolares o los hospitales).
Si existen problemas en la ejecución del trabajo, si se detectan carencias o fallos en la gestión y planificación... la tendencia suele consistir, según lo observado, en ocultar las deficiencias en lugar ponerlas sobre la mesa para buscar soluciones en colaboración con la Administración, lo que redunda en servicios de baja calidad.
En aquellas subcontratas de las que se ha tenido conocimento, suele reinar la improvisación y la falta de preocupación por la calidad del servicio. Prima el sacar el trabajo adelante de cualquier manera y al coste más barato posible.
4) La subcontratación es un caldo de cultivo ideal para la corrupción:
Al basarse la subcontratación en criterios a menudo difícilmente mensurables, la propia naturaleza de la subcontratación invita a la comisión de irregularidades. Nadie dice que siempre ocurra así, pero sí que se trata de un entorno donde se dan condiciones favorables para ello por la falta de control.
5) Cualquier empresa que preste servicios para la Administración debiera estar sujeta a una serie de obligaciones, dado que su viabilidad depende de los impuestos que pagamos todos:
En principio, parece evidente que ahorrarse la parte destinada a pagar a directivos y accionistas que no aportan conocimientos ni trabajo abarataría los costes y permitiría generar puestos de trabajo dignos. De considerarse un objetivo demasiado ambicioso, tendría que ser posible exigir unas condiciones dignas para los contratados y una serie de requisitos que aseguren la calidad de la obra o servicio.
Estoy convencido de que las "cooperativas de madres" para limpiar colegios que un día mencionó Carmena no consistían en ponerles a limpiar gratis en su tiempo libre, ni en obligar a padres y madres a dejar sus trabajos de administrativo, de fontanero o de médico para ir a limpiar, como querían hacer creer algunos... sino en generar empleo de mayor calidad para personas que ya se dedican en ese sector.
Además, conviene recordar que la pobreza y la precariedad también pueden generar costes económicos y sociales que hay que asumir en los presupuestos. De una u otra manera, todo sale del dinero público. ¡No a las subvenciones a los empleadores que crean trabajo precario!
Empleo , Servicios públicos
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Creado el 09/12/2015 11:43
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