Exigir el cumplimiento efectivo de las normas de tráfico dentro de la ciudad

Madrid es una ciudad donde se incumplen las normas de tráfico sistemáticamente sin que esto tenga consecuencias para el infractor. Maniobras sin señalizar (intermitentes) que ponen en peligro a quienes circulan por otro carril, estacionamientos indebidos en carril-bus o en doble fila, vehículos que incumplen las normas de contaminación acústica o ambiental, son el pan nuestro de cada día.

Pero la infracción más grave de todas por las consecuencias que puede provocar, y por desgracia también la más extendida entre los conductores (incluyendo taxistas y conductores de la EMT), es el exceso de velocidad y el peligro que supone para peatones, vehículos de dos ruedas y resto de conductores.

La ley es clara: la velocidad máxima en zonas urbanas nunca podrá superar los 50 km/h. Si la Policía Municipal velara por el cumplimiento de esta norma (en lugar de hacer la vista gorda como hasta ahora), saldríamos ganando todos:

- Disminución del número de atropellos y accidentes con víctimas mortales.

- Con la disminución de los accidentes y la gravedad de los mismos tendríamos un menor gasto público en servicios de emergencias (policía, bomberos, ambulancias, hospitales, etc.)

- Disminución de la contaminación acústica y ambiental (a menor velocidad, menor consumo de combustible y menor ruido).

- Calles más seguras para los ciclistas y los peatones.