Todas las mujeres deberían ser atendidas por matronas en cuanto a lo largo de su ciclo vital en cualquier ámbito relacionado con su salud sexual y reproductiva.
La matrona es mucho más que el profesional encargado de hacer los partos. Es su competencia la educación sanitaria en todos los aspectos de la salud sexual y reproductiva de la mujer, el asoramiento en anticoncepción y enfermedades de transmisión sexual, llevar a cabo el programa de detección precoz de cáncer de cuello de útero realizando las citologías, el seguimiento de los embarazos normales, el cuidado del neonato hasta los 28 días de vida, el apoyo en la lactancia, el asesoramiento acerca de la sexualidad en las distintas etapas de la vida, el apoyo en el climaterio, y un largo etcétera. Competencias todas ellas, en su mayoría, desaprovechadas y llevadas a cabo por otros profesionales sanitarios no especialuzados en el cuidado a la mujer, lo que nos lleva a un sistema sanitario menos eficiente.
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