Soluciones a la fragmentación del espacio urbano: Barajas - Valdebebas

Si bien podrían señalarse otros casos, el propósito específico de esta propuesta se centra en la separación física del espacio urbano entre Barajas y el nuevo barrio vecino de Valdebebas por parte de la red viaria para el acceso a la Terminal T-4 del aeropuerto (M-12, M-13).

El antiguo Camino Viejo de Hortaleza, que unía Barajas y el distrito vecino que le da nombre, se vio interrumpido en su trazado con la construcción en 2005 de la M-12, autopista de peaje que actualmente, a causa de su acusada infrautilización, se encuentra en concurso de acreedores y pendiente de rescate por el Estado Español. Desde esa fecha no se ha construido ningún puente o pasarela que dé continuidad a los desplazamientos, peatonales o rodados, hacia Valdebebas: la nueva vía urbana que toma parte del trazado del Camino Viejo de Hortaleza, denominada calle de Playa de Riazor muere en una rotonda ‘sin salida’, poco antes de llegar a la barrera impuesta por la M-12. Desde aquí es imposible continuar caminando o en bicicleta en dirección a Valdebebas, pese a que a  escasos 300 m., al otro lado de la autopista, el todavía terreno del distrito de Barajas, donde hoy se emplaza la actual ciudad deportiva del Real Madrid, se junta con el barrio de Valdebebas. Para llegar a este nuevo barrio desde la rotonda ‘sin salida’ de la calle Playa de Riazor, debe retrocederse, para dar un gran rodeo: cruzar la autovía M-11, bordear el campo de golf de La Hinojosa, debiendo atravesar para ello primero el barrio de Corralejos, luego el parque Juan Carlos I y posteriormente transitar por la ‘inhóspita’ calle Vía Dublín, que deja a su otra margen el recinto ferial de IFEMA, y finalmente cruzar de nuevo sobre la M-11, adentrándose en la fortificada Ciudad Deportiva del Real Madrid. Este recorrido, de alrededor de 5 Km. de distancia, obviamente disuade o al menos complica enormemente el desplazamiento no motorizado de quienes pudieran querer, por ejemplo, acercarse caminando o en bici a disfrutar del parque forestal de Valdebebas, como sin embargo sí pueden hacer otros vecinos de Madrid, caso de los residentes en Sanchinarro, quienes tan solo deben cruzar  para ello un puente sobre la M-40.

Barajas está encerrada en la encrucijada de una red de autopistas y autovías que fragmentan el espacio urbano municipal, imponiendo barreras que dificultan decididamente los desplazamientos más elementales de los habitantes del distrito hacia otras zonas próximas del municipio. Por ello, se propone la construcción de infraestructuras urbanas, como puentes y pasarelas, que permitan salvar aunque, sea parcialmente, estas barreras y, concretamente, un puente sobre la autopista M-12, que conecte la calle Playa de Riazor con la red viaria de Valdebebas.

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