Recuperar íntegramente la piscina que había junto al mercado de La Cebada

La piscina y las instalaciones deportivas que Gallardón demolíó junto al Mercado de la Cebada eran las únicas que atendían a cientos de vecinos del distrito Centro, que ya no tienen ninguna cerca donde ir. Supongo que tanto la gente pudiente, que ya se costea sus gimnasios privados, como los chavales jóvenes, no necesitan estos servicios. Pero la gente mayor del barrio los precisan para tener una salud y una actividad física digna, racional y accesible. No son una clase pudiente, ni precisamente la población gentrificadora tan común en la zona. Seguramente, muchos de ellos se han pegado una vida de trabajo, y no creo que nadando en la abundancia, como los que destruyeron esas instalaciones (con fines lucrativos, además). No es que lo merezcan, sino que tienen todo el derecho a recuperarlas.

Ya sé que a quienes no tienen estas urgencias les resulta mucho más pintón y un titular más atractivo prolongar lo que ahora se hace en ese solar, algo muy constructivo pero que puede instalarse en cualquier otro lugar sin problemas. Atender a los mayores y a su salud, así como al ciudadano común (la base de nuestra sociedad), es aburrido, puede ser, pero es justo, y lo tenían. Gallardón se lo arrebató y sería muy injusto, y muy en la línea de este mismo oportunismo, aprovechar la coyuntura desfavorable a los débiles para hacer oídos sordos y no devolverles aquellas instalaciones de las que fueron privados con arrogancia.

La Latina se está convirtiendo en un parque temático para borrachos y empresarios de hostelería que no respetan los horarios. Restituyamos su espíritu de barrio, su convivencia, su humanidad de lugar tranquilo donde la vecindad tiene sentido.