Se prevee que la frecuencia e intensidad de las olas de calor aumente debido al cambio climático, lo que unido al incremento global de las temperaturas amenaza el bienestar y la calidad de vida de los madrileños. Los costes humanos son alarmantes, con picos de mortalidad durante las olas de calor, y los económicos no lo son menos, ya que el calor pone en serio riesgo uno de los motores económicos de la ciudad: el turismo.
Madrid es una isla de calor en la que el asfalto y los edificios absorben calor durante el día para radiarlo durante la noche, evitando que las temperaturas bajen. Para contrarestar este efecto proponemos la extensión del uso de toldos vela como los que ya se despliegan en las calles comerciales del centro al resto de la ciudad, así como la inversión en tecnologías que mejoren su despliegue, con la vista puesta en desarrollar soluciones al calor en las grandes urbes que luego puedan ser exportadas a otras ciudades con los mismos problemas.
Ciudades mas frescas, retirando el asfalto oscuro e implementarlo por mas claro, que no recoja la radiación solar, que nos hace no dormir por las noches....
Inicia sesión para comentar