Campañas de información cívica
¿Cuánto hace que no vemos una campaña institucional en condiciones para mejorar la convivencia? ¿Os acordáis del cartel de silencio en los centros de salud, del "póntelo, pónselo" para prevenir el SIDA o de las campañas para no arrojar papeles al suelo?
Nos guste o no, las instituciones deben formarnos en civismo porque, además de las deficiencias en los servicios que venimos padeciendo (limpieza, transporte y demás), existe una gran falta de educación, así en general, en la ciudadanía.
El Ayuntamiento de Madrid ya dispone de cientos de normativas que establecen las reglas de convivencia entre los ciudadanos: no se pueden arrojar papeles al suelo, no se pueden generar ruidos molestos, hay que respetar los límites de velocidad, no se puede aparcar en las aceras, las bicis deben ir por la calzada, etc., etc, pero de nada sirven estas normas si no se informa al ciudadano de su existencia, si no se le educa en los valores de respeto hacia los demás, si no nos hacen ver que todo es de todos y que es nuestra obligación observar y mantener los mínimos niveles de convivencia.
Las campañas de información resultan mucho más económicas y, sobre todo, muchísimo más efectivas que cualquier otra medida, incluidas las multas y sanciones, y el Ayuntamiento dispone de esa capacidad para divulgar el civismo a través de varias plataformas: MUPIs, paneles de tráfico, redes sociales, medios de transporte, etc, etc.
Yo he pedido en reiteradas ocasiones al Ayuntamiento campañas para fomentar el civismo especialmente para evitar los comportamiento de la gente maleducada que tira porquerías en las calles. La respuesta del Ayuntamiento ha sido siempre que tal campaña no es necesaria.
Es urgente e indispensable que se realicen campañas de civismo, tanto para españoles como para extranjeros. El abandono institucional durante décadas ha conseguido que el poco civismo que existía se difuminara con el viento. El coste económico de dichas campañas es ínfimo, así que el argumento de que se debe invertir el dinero en otras cosas, es inválido. Si bien es cierto que se puede alegar que no va a surtir efecto, no es lo mismo que las personas vean normalizado realizar actos incívicos, que se les recuerde con campañas lo deberían conocer. Esas campañas cívicas son el primer escalón, después está la coherción mediante multas, que por lo visto, es la única manera de que funcionen las cosas en este país. Ya saldrá alguno diciendo que si las multas que si la libertad que si esto que si lo otro. Pero en cualquier país civilizado es algo normal; hay una reglas de convivencia que se han de respetar y si no se respetan, lo que va a conseguir el individuo es una multa. Y en otros países no se escandalizan y se cumplen las normas como personas que viven sociedad. Algo lógico por otra parte. Esas mismas personas que se escandalizan por pedir civismo y multas cohercitivas, les invito a que viajen a cualquier país civilizado y contravengan esas normas, a ver que obtienen a cambio, además de vergüenza y escarnio ajenos.
Las sanciones son la último a aplicar, antes debería estar la cordura, la educación y el civismo. Si se aplicaran estos en todo momento, las sanciones serían innecesarias. Desgraciadamente la sociedad en la que vivimos solamente se mueve si le afecta algo y con las sanciones, se afecta a la economía. Después de tantos años de abandono institucional, es muy difícil recuperar el civismo, que no imposible. Por eso, los primeros que deben dar ejemplo son los gobernantes aplicándose las leyes que promulgan y no viviendo de prebendas. A nivel más mundano, la educación de cada individuo en su hogar es muy importante, porque las bases sobre las que se desarrolla el adulto, son aprendidas en la infancia. Entonces en el seno familiar es donde debe enseñarse las reglas de civismo y convivencia. Muchos de los problemas que sufrimos diariamente (ruidos, suciedad, molestias, etc) son producto de una falta absoluta de valores y criterios. Si a eso, unidos los mensajes que nos envían desde las instituciones, ya tenemos la situación en la que estamos. En cualquier caso, no hay que perder la esperanza ya que se ha producido un cambio y esperemos que vaya a más y mejor.
Los ciudadanos no leemos el Boletín Municipal ni el del Estado; nos enteramos por periódicos, por el boca a boca y poco más, y por eso es necesario que la Administración nos lo notifique cuan surge algo nuevo y nos lo recuerde también, por que se nos olvida. Y lo ha de hacer de forma comprensible, corta y sencilla, para mayor efectividad. Y como a algunos no empecinamos en no oír u olvidar, tendrá que ser machacona en ciertos asuntos. Un sistema sería a ravésde la televisión de Madrid, tipo reportaje de naturaleza, que están muy bien.
Contenido relacionado (0)
Creado por
Creado el 07/09/2015 12:04
Inicia sesión para comentar