Más pequeño comercio, y menos locales de ocio en la zona Centro
Cada vez que se cierra un pequeño comercio de proximidad en la zona Centro de Madrid, se abre un local de ocio, pese a la saturación existente, lo que -además de molestias para los vecinos- provoca la desaparición del tejido social del barrio. Debería prohibirse la apertura de nuevos locales de ocio (bares, restaurantes, discotecas, etc.) a la vez que se implanta una política de apoyo al pequeño comercio de proximidad, mediante la subvención a los negocios existentes o a aquéllos que quieran abrir uno nuevo. Parte de estas subvenciones podrían obtenerse destinando para ello el importe recaudado mediante las sanciones impoestas por el incumplimiento de la "ley antibotellón" o de las sanciones impuestas a los locales por el incumplimiento de la normativa vigente (licencias, ruidos, sanidad....)
Igualmente, debería revisarse la concesión de licencias para la instalación de terrazas en la vía pública, así como el incumplimiento de la normativa vigente sobre el tema o los términos de las licencias concedidas. El Centro de Madrid se convierte en intransitable completamente -sobre todo los fines de semana- ante la instalación de más mesas de las permitidas o terrazas ilegales, o la instalación de mobiliario accesorio (sombrillas, carros, etc.) ocupando plazas, aceras y espacios que deberían ser de todos, al tratarse de espacio público. Debería incrementarse el importe de las sanciones por estas irregularidades, de manera que el perjuicio por el incumplimiento de la notmativa/términos de la licencia concedida sea mayor que el beneficio obtenido por su incumplimiento. Estas sanciones podrían, también, dedicarse a las subvenciones anteriormente mencionadas para el fomento del comercio de proximidad.
Los vecinos del centro no compran en el pequeño comercio y éste, ante un chino-bangla-etc. con un saco de miles de euros en efectivo, se rinde y vende. Si le sumas a que en España no se ha desarrollado más industria que la de la hostelería y la restauración ya tienes la ecuación resuelta. Los abusos de usurpación del espacio público (terrazas ilegales, botellones, venta-compra de latas) por parte de algunos y la incapacidad de policías y jueces para ponerle freno convierten el centro en un infierno.
El centro de Madrid expulsa a sus vecinos. Aumenta el ruido, desaparecen los comercios tradicionales sustituidos por más y más bares, restaurantes, hoteles y tiendas de souvenirs. Necesitamos una política de turismo sostenible y respetuoso con el vecindario y sus necesidades
No puedo estar más de acuerdo. El lugar donde vivo es un buen ejemplo. Un bar en mi edificio y otro en el de al lado. Enfrente dos bares en el mismo edificio, a cada lado del portal y otro al lado de ellos en el edificio siguiente. cinco bares en un espacio de unos cincuenta metros. A mi me alucina. Pero lo más sorprendente es que ninguno cierra y todos hacen negocio. No hace falta decir el infierno en el que vivimos los vecinos. Hay que gente que ya ha vendido sus pisos al precio que han querido pagarles (o sea regalados) con tal de vivir en paz. Y es una situación muy normal en Chamberí. Y da igual denunciar. No sirve de nada. Pero yo haría una reflexión y es que esto, nos guste o no, es lo que quiere la sociedad española. Los bares son negocios privados. A nadie le obligan a consumir a la fuerza. Y en esta zona los clientes son todos españoles porque no hay turismo. Es difícil cambiar la mentalidad de una sociedad. Por supuesto los últimos que se van a preocupar son los políticos.
A pesar de todo creo que hay que seguir luchando. No se trata de perjudicar a ningún negocio ni impedir a la gente que haga lo que quiera con su dinero y su tiempo libre. Pero si hay que lograr que nos comportemos con educación, que tengamos claro que nuestros derechos acaban donde empiezan los derechos del prójimo. Que, al menos, se cumplan las leyes existentes. No solo que las cumplan las terrazas legales sino que se persiga el botellón ilegal. Ninguno de los bares que he mencionado tiene licencia de terraza. Pero es igual o incluso peor. Los clientes consumen en la calle sin orrdenamiento ninguno. Es un botellón continuo a todas horas. Y aquí si que los políticos tienen responsabilidad. Esto, que es ilegal y está dejando de ingresar muchos millones de euros al ayuntamiento en licencias y/o multas, se consiente impunemente. Por supuesto también desde las familias y los colegios hay que enseñar desde pequeños a disfrutar el ocio de otras muchas formas.
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Creado el 23/09/2015 05:00
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