Bicicletas eléctricas

Soy partidario de que las bicicletas tengan un lugar en la ciudad.

Soy partidario de que la gente pueda andar en bicicleta por la ciudad sin jugarse la vida.

Soy partidario de la bicicleta como medio de locomoción no contaminante y que te permite hacer deporte o, al menos, ejercicio.

Y dicho esto, me paso a la ormitología para hablarles de las palomas. La paloma es un animal inofensivo. La paloma con su ramo de olivo es el símbolo de la paz. La paloma ha tenido representaciones ilustres como la de Picasso. ¿Hay una escena más entrañable que la de un anciano o una anciana dándole de comer miguitas de pan a las palomas en un parque público?

Pues bien Señores, en ocasiones, las palomas son una plaga, y lo digo con conocimiento de causa. En mi casa de Gijón empezaron a anidar en uno de los muros que daba al patio interior. Al principio nos hicieron gracia y nos consideramos afortunados, pero con el tiempo, se reprodujeron a una gran velocidad, su gorjeo resultó insoportable y sus deposiciones eran cuantiosas y abrasivas de cualquier superficie. Nos dimos cuenta, entonces que teníamos una plaga. Hoy lo más que hemos podido hacer es poner un sistema de pinchos, que nos costó un ojo de la cara, para que no se posen en las ventanas.

Hace ya casi cincuenta años visité Amsterdam. Allí la mayoría circulaba en bicicleta. Los holandeses, que tienen a gala plantearse cualquier problema cívico, y resolverlo, de una forma a veces original, acertaron con su planteamiento de sustituir coches por bicicletas. La ciudad tiene mucho menor tráfico de coches, mucha menor contaminación y los habitantes que han optado por ese medio de locomoción tienen asegurado un ejercicio físico diario sin tener que ir al gimnasio.

No es el caso de Barcelona, en la que paso temporadas.

¿Qué es lo que ocurre allí?

Que las bicicletas son más un problema que una solución.

¿Por qué?

Porque una legislación muy laxa ha permitido que circulen por donde no deben. En teoría pueden circular por las aceras, si éstas tienen una anchura superior a seis metros. En la práctica, circulan por cualquier acera. El que esto escribe ha sido atropellado ya dos veces cuando andaba por la acera, sin consecuencias graves, eso sí. La primer, por una japonesa que le hizo gracia eso de andar en bicicleta por la ciudad visitada, sin que se acordase mucho de cómo se andaba en bicicleta. La segunda por un catalán que se empeñó en que podía pasar por donde no podía.

Por otro lado el servicio municipal de alquiler de bicicletas funciona fatal allí. No es infrecuente que todas las bicicletas de un punto de recogida estén averiadas. Y tampoco es raro que uno coja una bicicleta y cuando la vaya a dejar no funcione el parquímetro correspondiente, por lo que sigue contabilizando el alquiler.

Hasta ahí mi experiencia: Si la promoción de la bicicleta en Madrid se hace sin la debida planificación, surgirán problemas que pueden llegar a ser importantes.

Pero hay una cuestión mucho más grave que quiero poner en conocimiento de todos. Acabo de coger un taxi, y lo que me ha dicho el taxista respecto a las bicicletas eléctricas me ha sobrecogido. No tengo motivos para dudar de su palabra. Por curiosidad he cogido sus datos, pero no los voy a hacer públicos para no comprometerle.  

Resumo lo que me ha contado:

1 )  Ha sido testigo o ha presenciado las consecuencias de dos accidentes mortales de personas que iban en bicicleta eléctrica.

1.1)  La primera víctima mortal era una chica joven. El accidente ocurrió en la Avenida Menéndez Pelayo, casi enfrente de una de las entradas del Parque del Retiro.

1.2 )  Aunque no presenció el accidente, pudo contemplar a la segunda víctima mortal en la calle Gran Vía.

2 )  Vio las consecuencias de otro accidente, sin que pudiera saber el alcance de los daños. Había una bicicleta eléctrica hecha polvo y un taxi con la ventanilla posterior destrozada y abundante sangre, por lo que dedujo que el ciclista, por razones desconocidas, había salido despedido y había chocado con la ventanilla del taxi. El accidente ocurrió en la calle Atocha.

3 )  Me informó que al parecer hay carriles-bici negros, como hay puntos negros, para el uso de la bicicleta eléctrica. Me hizo hincapié en el de la calle Alcalá. Al parecer la bajada de Sol a Cibeles por el carril-bici de la calle Alcalá es peligrosísimo. Se han producido ya unos cuantos accidentes, y él fue testigo presencial de un ciclista con bicicleta eléctrica que bajó toda la calle sin frenar, sin que le pasase nada, seguramente gracias a la intercesión de una cooperativa de santos milagrosos.

Como me lo contó, lo cuento. Añadan Uds., les ruego que si lo desean sus experiencias personales sobre bicicletas eléctricas a este comentario mío.

Un saludo a todos.