Protección para los comercios del centro de Madrid

Cada día Madrid se parece más y más a un centro comercial en el que las mismas franquicias pueblan cada calle. En los últimos años se han perdido tiendas de música, teatros, cines y muchos otros negocios y la última víctima se ha anunciado esta semana: la sala Joy Eslava, que se convertirá en otra tienda de ropa de una marca grande.

Esta situación provoca una disminución en los puestos de trabajo (las cadena de ropa y similares proporcionan menos puestos que el pequeño comercio y que la mayoría de los negocios que reemplazan), quita carácter a la ciudad y amenaza el turismo, ¿pues quién querrá tomar un avión para conocer un simple centro comercial al aire libre?

Por ello reclamamos al Ayuntamiento de Madrid un plan de protección del pequeño comercio y de negocios tradicionales y establecidos, al estilo del que tienen otras grandes ciudades europeas como París. Este plan puede incluir desde medidas de incentivación del consumo en este establecimiento hasta la protección de los propios locales para que no sea tan fácil el cambio de actividad, como ya se hizo en su día para evitar que el Santiago Bernabéu tuviera uso distinto del deportivo.