Es una realidad que los perros se están convirtiendo en un miembro más de nuestras familias.
La mayoría de los dueños son personas civilizadas que los pasean de forma controlada y recogen sus excrementos, pero de cara a lograr que nuestros amigos se acostumbren más a vivir en una ciudad, es importante que de forma controlada, es decir, en un recinto cerrado, puedan esparcirse y jugar entre ellos.
Mediante esta interacción los canes desarrollan su pertenencia al entorno y no reaccionan de forma agresiva ante otros perros ni ante personas.
Este tipo de recintos es muy común en los nuevos barrios de madrid como Las Tablas o Montercarmelo, pero sería importante tenerlos también en Chamartín.
Un último aspecto beneficioso es la posibilidad que da a las personas mayores con mascota y que viven solas, de poder socializar mucho más, cosa que en la sociedad actual, donde los mayores parece que estorban, es muy importante.
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