Las plazas y aceras no son lugares de almacenamiento

La invasion de bicicletas, patinetes y terrazas que extienden su superficie de forma arbitraria y caprichosa, estan convirtiendo, algunas plazs y calles, en lugar de desordenado aparcamiento de las primeras , y de almacenamiento de mesas y sillas que, desboradando los límites de las autorizaciones de terraza permitida, han creado una nueva realidad suplementaria a la terraza, conistente en grandes montones de mesas y sillas que ocupan plazas y calles como si de un almacen de mobiliario se tratara. Como ejemplo en las cercanias de mi vivienda, la Plaza de Manuel Becerra, convertida en un caos de terrazas inmensas, cuyos límites definen los dueños de bares de la misma, supongo que en función de sus intereses y en la confianza de que no se les realizará ningún tipo de inspección, que almacenan mesas y sillas que no caben dentro de los límites autorizados y amontonan y almacenan fuera de esos límites, como si con ello estuvieran cumpliendo con la liocencia de terraza otorgada. Si a esto añadimos que ni los patinetes ni las bicicletas ( al menos las que no precisan estar aparcadas en las plataformas de carga) tienen un lugar especificamente designado al efecto y quienes las utilizan, no respetan ni cuidan  mantener un mínimo de solidaridad con el resto de los ciudadanos, abandonándolas donde les parece, hacen que la Plaza aparezca como un vertedero de trastos viejos, más que como un ordenado espacio de la ciudad. Por cierto, el fétido olor que ,años y años , sale de los conductos subterráneos que se hallan en la esquina de la Plaza con la Calle de Alcalá, que se expande por dos de las terrazas allí montadas, nos permite afirmar que , el almacenamiento descontrolado denunciado y ese pestilente olor, convierten una de las plazas más amplias de Madrid, en un verdadero estercolero