Prohibir las sopladoras en los siguientes convenios de limpieza urbana
Con cierta frecuencia, aparecen operarios de la contrata de limpieza armados con sopladoras (de combustión en mi barrio), a fin de recoger hojarasca caída de los árboles. Los operarios van provistos de orejeras de protección auditivas, lo que sin duda indica que la sopladora produce contaminación acústica, de manera que afectará a viandantes que pasen cerca. Es peor, porque desde la terraza de mi quinto piso en la calle Fernando Poo el ruido es verdaderamente molesto.
Como se utilizan antes de barrer o regar las aceras, pueden llegar a levantar grandes cantidades de polvo que producen contaminación por partículas en el aire.
Además, en tiempo primaverales, ese polvo lleva distintos tipos de polen, lo que está correlacionado con el incremento de alergias en la ciudadanía.
Y por supuesto emiten CO2.
Su eficacia, por otra parte, debería estudiarse: desde mi puesto de observación, no me parece que se trate de un método muy eficiente al ser tan solo una o dos sopladoras actuando de manera coordinada. Para acorralar la hojarasca en aceras anchas o plazas haría falta mayor número de sopladoras actuando coordinadamente, lo que aumentaría la contaminación producida. Un “torneo” entre sopladoras y escobas aportaría datos objetivos sobre esta cuestión.
Es por todo ello que debería prohibirse su uso por la empresa contratada, en aras de mejorar la salud de la ciudadanía, al reducir la contaminación de todo tipo que se uso produce.
Son fácilmente sustituibles por personal humano con un oficio antiguo y bien digno: barrer las calles. Lo que además ayudaría a disminuir el desempleo en la ciudad.
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