Se debería incorporar el derecho de todo ciudadano de no ser expoliado ni desangrado con un impuesto tras otro y con el aumento sistemático de los ya existentes, sólo para aplacar la sed insaciable de recursos del politicastro de turno para amamantar a su camada de ineptos, gastar el dinero en tonterías (como esta absurda propuesta) o simplemente para hacer propaganda ideológica que sólo busca mostrarse ante los incautos como una especie de Robin Hood que quita a los ricos para dárselo a los pobres, cuando todo el mundo sabe que en realidad el que sufre la ordeña es la clase media, que curra día a día para abastecer de dinero a los incompetentes del ayuntamiento, de la comunidad autónoma o del Estado. Estamos hartos de patanes y incompetentes que vienen lucirse con sus ridículas ocurrencias a costa del contribuyente, que al final es el que siempre debe pagar la factura de la orgía ideológica de los zoquetes de turno.