¿Qué piensa sobre si la configuración y/o ubicación actual de las terrazas en los espacios públicos pueden constituir o no una distorsión para la utilización y disfrute normal del medio urbano?
Si cumplen con la normativa municipal no tienen por qué constituir una distorsión del espacio. En las zonas más saturadas es donde más cuidado hay que tener ya que son las más sensibles. Hay que buscar un punto de equilibrio que permita la actividad empresarial con el uso y disfrute del espacio público por parte de todos.
Si. En el centro, con calles estrechas resulta muy complicado el paso de personas, especialmente si tienen dificultades motoras (ancianos, movilidad reducida, carritos de niños etc) y en las plazas falta espacio para estar sin consumir y sobre todo para el ocio de niños y adolescentes.
Estamos convirtiendo espacio de uso público en privado, las calles o plazas deben de cumplir su auténtica finalidad son espacios de transito, paseo, espacios para poder jugar los niños. Si eliminamos el espacio público y lo convertimos en privado, llega un momento en que no se dispone de un espacio para lo que debe de estar destinado, salir a la calle a pasear, sentarse en un banco, para disfrutar del aire libre.
Es una distorsión clara. Se impone una única manera de estar en el espacio público, y además está condicionado por el consumo, es decir por si tienes dinero o no. Todas las calles y las plazas acaban siendo parecidas, y las personas que las habitan suelen tener un mismo estilo, la misma postura... uniformización absoluta del espacio público.
Por supuesto que constituye distorsión. Además de suciedad y residuos que generan y no se preocupan de limpiar, invadiendo también los portales contiguos (mi portal se ensucia con servilletas de la terraza que hay en el edificio de al lado). En la calle Navaez te vas cruzando con los camareros que van saliendo de un bar tras entorpeciendo el paso a los transeúntes.
Desde luego que en muchos casos impiden el tránsito de los peatones, dificultan el acceso a comercios, obligan a dar rodeos innecesarios y dificultan el normal caminar de personas con discapacidades. Supone una servidumbre excesiva del espacio público en beneficio del interés privado, que en la mayoría de los casos ni siquiera genera puestos de trabajo dignos.
NO, considero que es perfectamente compatible con la percepción estética de la ciudad. Todos tenemos derecho a disfrutar de Madrid y muchos lo hacemos en las terrazas de la capital.